sábado, 28 de marzo de 2009

Elección

Estaba preparado.
Levantó la cabeza aunque no consiguió ver nada. La primera vez que entró sus ojos aún podían distinguir las diferentes puertas en medio de la penumbra, pero ahora la penumbra se había tornado oscuridad. Las antaño voces familiares se convirtieron en débiles susurros para finalmente fundirse entre ellas en un silencio ensordecedor.
La puerta por la que había llegado se convirtió en pared rocosa. Ni rastro de la desvencijada madera, del picaporte oxidado, de la ranura inferior por la que se colaba un débil resplandor...ahora sólo había roca, y frente a él tres puertas. Habían sido dos al principio, llegaron a ser hasta siete, habían cambiado de posición, de forma...la realidad cambia constantemente, y por lo tanto sus alternativas, sus posibilidades y su elección.
El último intento había acabado con sus fuerzas y se había abandonado en un rincón, indiferente a los cambios que se sucedían a su alrededor, sumido en su fracaso, ahogado en su desesperanza...pero se había cansado de nadar en la autocompasión. Tenía que intentarlo de nuevo, el movimiento lo mantenía vivo.
Palpó la pared hasta encontrar una de las puertas. Había cambiado de nuevo, pero no importaba. En la completa oscuridad poco importa la puerta que escojas, porque ninguna te llevará a otro sitio más oscuro que en el que ya estás. En la luz, incluso en la penumbra quizás puedes sopesar las alternativas, analizar probabilidades, siempre buscando algo mejor. Pero en la oscuridad total no importa el camino a escoger, sólo importa caminar...
Dió unos pasos atrás, aspiró profundamente...y corrió con todas sus fuerzas. El hombro impactó ruidosamente contra la madera podrida que cedió quejosamente hasta caer rendida bajo el cuerpo magullado.
Se levantó.
Tras de él quedaba la Oscuridad total. Delante de él una tímida penumbra se abría paso, podía vislumbrar cinco puertas, todas distintas entre sí. Sonrió y se dirigió al centro de la estancia, donde permaneció mirando la puerta por la que había entrado. El hueco por el que se atisbaba la negrura infinita se fué cerrando hasta quedar confundido con la pared rocosa. Las cinco puertas ahora eran tres, en diferente posición que las anteriores. Se sentó a recuperarse. Pero no podía tardar mucho tiempo, porque no sólo las puertas eran cambiantes. El mismo ambiente no era permanente en cada sala. Las puertas cambiaban más rápidamente que el interior, pero éste tampoco era imperturbable.
Lo que ahora era penumbra podía volverse luz cegadora o bien oscuridad asfixiante. Pero entre ambas había muchos estados intermedios...
A veces le invadía la desesperación. Pero no tenía sentido esperar, permanecer inmóvil. El futuro es de los que se ayudan a sí mismos...
A lo lejos, llamándolo desde lo más recóndito de su esperanza, volvió a escuchar el susurro de aquellas voces...
Estaba en el camino...
Como quizás la moraleja de este relato es algo difícil de vislumbrar, os invito a leer una antigua entrada

jueves, 26 de marzo de 2009

Los girasoles ciegos

Hoy he visto la película de "Los girasoles ciegos".
Hoy seré breve.
Escribiré sin reflexionar, sin sopesar los pros y los contras, sin analizar, sin cuantificar...
Escribiré simplemente porque me arden los dedos, me hierve la sangre y grita mi alma.
Escribiré que me indigna aquel que persigue señalando con el dedo a los que no piensan como él, creyéndose poseedor de la verdad absoluta. Aquel que se refugia en la opresión, el miedo y el dolor de los demás.
No es indignación solamente. Es rabia, es frustración. Es dolor por los hilos de vidas cortadas sin sentido.
Hoy escribo para aquellos que en el pasado, presente o futuro, sufrieron, sufren, o sufrirán por su forma de pensar, por su forma de creer, por su forma de vivir. Me da igual el pais. Me da igual el color. Me da igual la bandera. Me importa el ser humano.
Me asombro de lo obtuso del ser humano cuando intenta ahogar sus dudas arrasando las ideas contrarias. No quiere conocerlas, no quiere mirarlas siquiera de soslayo, no quiere analizarlas para buscar la firmeza de las suyas. Y no quiere hacerlo porque en realidad duda. Porque aquellos que persiguen a los demás hostigándoles con el báculo de la verdad, en realidad lo hacen porque interiormente temen que su báculo no sea tan firme como piensan, sino flexible o tal vez quebradizo.
Puedo escribir ríos de rabia, mares de odio. Pero no lo haré. Hoy no. Hoy me quedo con una frase:
"La violencia es el último recurso del incompetente". Salvor Hardin. (Personaje de "La Fundación", de Isaac Asimov).

lunes, 23 de marzo de 2009

Un sentimiento eterno en un siglo de cambios

- Aunque te parezca mentira, querido bisnieto, cuando yo tenía tu edad me planteaba lo mismo que tú, con herramientas de entonces: antes escribíamos sobre papel con unos objetos que podrás ver en los museos. Se llamaban bolígrafos, aunque había muchas variantes; rotuladores, lápices, plumas estilográficas… Con tu edad mis dedos tuvieron que pasar a acostumbrarse de aferrar estos objetos a deslizarse por los teclados, los mismos que hoy en día están cayendo en desuso ante el imparable avance de la Neuronética.

El Bisab hizo una pausa, buscando recuerdos del ayer en su memoria. Lo observé detenidamente. Me fascinaba contemplarle. Quedaban pocos testigos de la llegada de los Eternos, pero quedaban menos aún que hubieran nacido en el milenio anterior, al inicio de lo que más tarde sería llamada la Era Tecnológica. Bisab había sido testigo de los años previos a la crisis energética y medioambiental que posteriormente desembocaron en el Gran Colapso.
Los avances de la Neuronética aplicados a la medicina permitieron a mediados del siglo pasado retrasar ligeramente el envejecimiento de las células cerebrales. El cuerpo de Bisab, en otro tiempo quizás alto y fuerte, mostraba los signos evidentes de una persona que ha sobrepasado el siglo de edad. Sus arrugas se perdían unas en otras, su pelo totalmente blanco se resistía a caer, aún a pesar de su reticencia a usar la implantación capilar. Pero su mente seguía discurriendo ajena a las enfermedades que décadas atrás preocupaban a los ancianos y que hoy en día habían sido controladas gracias a los descubrimientos realizados en el campo de la genética.
-No es lo único que ha cambiado desde entonces. Es la parte negativa de nuestros avances en la Neuronética; sabemos exactamente cómo causar cualquier sensación o sentimiento en nuestro cerebro y nos hemos rendido a esa realidad virtual que nos acerca todos los sabores, olores y sensaciones del mundo sin movernos de nuestro sofá. Las generaciones venideras olvidarán paulatinamente el placer de descubrir un nuevo sabor, una nueva sensación…Creo que el ser humano vuelve a caer en los mismos errores del pasado; nos rendimos sin condiciones ante cada avance que nos haga la vida más cómoda. Caemos a los pies de cualquier innovación que nos traiga el mundo a casa en lugar de salir a descubrirlo por nosotros mismos. Los Eternos nos mostraron lo peligroso de nuestra tendencia a discurrir por un sendero olvidándonos de mirar hacia los lados. Espero que nuestra maldita manía de correr hacia adelante no acabe en una nueva catástrofe.
-Entonces Bisab, ¿crees que nos acercamos a otra época oscura como la Década Negra?
-No lo creo. Las circunstancias anteriores a la Década Negra no se dan en la actualidad. No hay guerras fronterizas pues las fronteras dejaron de tener sentido, no hay lucha por el control de la energía, pues el núcleo terrestre nos da toda la que necesitamos en cualquier punto del planeta, no hay lucha en nombre de la religión, pues todo cambió con la llegada de los Eternos…Ahora el ser humano está más unido que nunca, aunque queden reductos de personas que no hayan querido abrir los ojos a la nueva realidad…No, no creo que suframos otro Colapso. Nuestro enemigo es otro. Nuestro enemigo es la complacencia, el conformismo, la relajación de una sociedad del bienestar…
La tarde discurrió como todas las visitas al Bisab, con su voz parsimoniosa llenando cada recoveco de mi mente, con la Bisab sentándose a nuestro lado de vez en cuando y regañando al Bisab por aburrir a su bisnieto con aburridas historias del pasado, y con el Bisab mirándola a su vez y sonriéndole ante cada nueva interrupción.
Al final del día, cuando disponía a marcharme con la cabeza llena de visiones dibujadas del pasado, le pregunté a Bisab si se habían cumplido sus expectativas en la vida. El Bisab me sonrió y dijo:
- Hijo mío, he visto el horror, la guerra, la destrucción, el hambre, la pobreza, he visto como el ser humano se autodestruía sin motivo alguno por intentar hacer prevalecer el individuo sobre el colectivo. He visto resurgir un nuevo concepto de humanidad, más unida, más concienciada de nuestra posición en el universo, he visto cómo llegábamos a otro planeta, he visto cómo la eterna pregunta del hombre de si estamos solos en el universo ha sido contestada…he visto mucho más de lo que cualquier ser humano antes de nuestra generación podría haber siquiera imaginado. Y sin embargo, a pesar de que todo esto ya de por sí responde a tu pregunta, hay cosas que me han llenado mucho más y que por sí mismas ya merece la pena haber vivido.
- ¿Si? ¿Como cuáles Bisab?
- El año pasado hizo un siglo que celebramos nuestra unión la Bisab y yo. Hace cien años, sobre una pradera verde de las que ya no existen, al menos en nuestras megaciudades, la Bisab y yo empezamos nuestra vida juntos sin saber lo que nos depararía el futuro. He vivido un siglo con ella. A las generaciones futuras las parecerá un tiempo normal, pero a nosotros, situados entre una generación que vio nacer a los ordenadores y otra que ha visto colonizar la Luna, nos parece un regalo de las estrellas. Y lo que te quiero decir, hijo mío, es que a pesar de haber vivido todo lo que te he contado, los grandes acontecimientos de la humanidad, el cambio de filosofía, el nuevo rumbo que tomamos…nada es comparable a la sensación de pasar junto a ella un solo día de estos cien años.
Salí de la casa de los Bisab como siempre, perdido en mis pensamientos. A pesar de nuestros avances, de nuestra tecnología, seguían existiendo parcelas inexpugnables al conocimiento humano. No creo que ninguna ecuación matemática ni ley física pueda cuantificar ni explicar el amor entre dos personas…
Este relato pertenece a la saga "Relatos del mañana", que sigue así:

viernes, 20 de marzo de 2009

La cuadratura del círculo

Hoy he encontrado esta expresión en el libro de "El Fuego", que estoy leyendo ahora, y mientras me duchaba pensaba en la expresión: se utiliza, como todos sabéis cuando se quiere conseguir encajar algo perfectamente y no se logra y te dicen: "Es que estás intentando conseguir la cuadratura del círculo". Es decir, intentas obtener un cuadrado con la misma área de un círculo.
Geométricamente la cabeza no me da para más, pero matemáticamente es fácil (no os asustéis que luego viene la moraleja):
La superficie de un círculo de radio R es S=π x R2
La superficie de un cuadrado de lado L es S=L x L =L
2
Para que ambas superficies sean iguales, π x R2= L2 y por lo tanto π= L2/ R2
Y aquí llegamos a la contradicción porque π es un número trascendente, es decir no proviene de ninguna relación algebraica sino que es una propiedad intrínseca de las matemáticas, no se puede obtener como la relación entre L y R, cualesquiera que sean los números.
A lo largo de mi vida siempre me he preguntado sobre la existencia de Verdades Absolutas. Con mayúscula. A medida que he ido creciendo he ido desechando todas aquellas que tienen que ver con el ser humano, ya sean ideas morales o legales, porque todas están “contaminadas” por nuestros sentidos. Es decir: imaginemos que matar no está bien. Esto nos parece a todos una ley universal, pero imaginemos una persona que va a accionar un botón que va a destruir a toda la humanidad. En tu mano tienes un botón que lo destruye a él. ¿Qué haces? Si no lo pulsas, dejarás morir a toda la humanidad, y en cierto modo estás siendo cómplice pasivo de la muerte. Si lo pulsas también matas. Generalmente cogeríamos el mal menor. En este caso es cuantificable.
Si él tiene un botón en el que mataría a la mitad de la humanidad y a ti, y tú otro en el que matas a la mitad de la humanidad y a él, ¿qué harías? ¿Y si la mitad de la humanidad que él salva contiene a tu familia? ¿Y si la mitad que tú salvas contiene a tu familia? En este caso las decisiones no dependen de la cantidad sino de juicios personales. Depende de la "calidad" de la gente que salvas, pero de una "calidad" que depende de tu punto de vista
Creo que habría diferentes casos y por lo tanto no hay verdad absoluta en los juicios morales.
La Historia misma está llena de acontecimientos en los que el punto de vista inclina la balanza a un lado u otro.
Casi todo depende del punto de vista. Últimamente deseché la física, pues a lo largo de la historia han ido cayendo leyes inquebrantables. Algunas, como la física de newton, no es errónea, pero sólo aplicable bajo ciertos condicionantes. La mecánica cuántica es aplicable al universo microscópico, la relatividad de Einstein al universo macroscópico…¿no hay algo que valga para todo?
Sólo me queda algo a lo que aferrarme. La Matemática. Pura . Al menos mi cerebro no puede concebir que dos mas tres no sean cinco.

jueves, 19 de marzo de 2009

Universidad


Pues sí. Ayer fuí a la Universidad, después de ¿8 años hace ya? Madre mía...

Pero ayer no fuí bajo la presión de exámenes, de clases, de horarios...Ayer fuí a dar una clase. Bueno, los carteles lo llamaban "Conferencia". Vamos, que ayer era un "conferenciante"

La charlita de dos horas que me dejó con la boca seca trataba sobre los métodos de ejecución utilizados en la última obra que terminé el año pasado; cimentaciones, pilas y estribos y tablero de las estructuras que hicimos, tanto de hormigón como metálicas. ¡Pero no salgáis corriendo como alma que lleva el diablo que no os voy a aburrir con semejante repelencia!

No. Ayer me dí cuenta de cómo se van transformando nuestros puntos de vista a medida que transcurre la vida. A mí me parecía que hace poco estaba sentado allí, al otro lado, escuchando la conferencia de otro, tomando apuntes, pensando en mis exámenes, mis trabajos, la juerga del fin de semana y poco más.

Ahora las responsabilidades ocupan parte de nuestros pensamientos. Mucha parte. Pero no seré demagogo. No pienso que cualquier tiempo pasado fue mejor. Creo que cada etapa en su vida tiene su momento, y alargar cualquiera de ellas demasiado te hace finalmente estar fuera de lugar. Me gustan mis preocupaciones actuales, mi independencia, me gusta charlar con mi mujer, pasear con mis perros, visitar a mi familia y escribir en mi blog. Atrás quedaron la complicidad estudiantil, los calimochos baratos (que hoy en día mi estómago rechazaría automáticamente y sin dejarlo bajar por el esófago), los exámenes de cinco horas machaca-espaldas, los partidillos de los sábados (ya sin inhalador), los descuentos con el carnet joven, la fiesta de la primavera y los turnos de limpieza de los pisos de estudiante. Recordé todo esto al terminar la charla y sonreí para mis adentros. Mucha gente dirá que de estudiante se vive muy bien. Yo creo que se vive distinto, es una etapa más, y aunque buena, yo no cambio la etapa actual de mi vida por nada.
Ayer en la universidad me dí cuenta de lo que he cambiado en ocho años. No sólo a nivel profesional, que es evidente y lógico, sino también personal; soy mucho menos impetuoso que antes en mis decisiones pero a la vez aguanto menos las incongruencias las hipocresías y las reglas absurdas. Y sobre todo he aprendido de mucha gente. De la gente que me rodea, de la gente que me quiere y de la que no me aprecia, de la gente que mandaba sobre mí y de los que yo mandaba sobre ellos.
Empiezo a vislumbrar lo que quiero. Pero sobretodo, en estos años, he aprendido lo que no quiero.

martes, 17 de marzo de 2009

Recuerdo...

A lo largo de la vida hay muchas cosas que olvidamos, algunas las recordamos en forma de nebulosa, sin una clara ubicación en el tiempo o el espacio, y otras muchas quedan grabadas a fuego para siempre. Suelen coincidir estas últimas con momentos clave en nuestra historia particular, pero no necesariamente; a veces se trata de sucesos aleatorios, sin aparente relación con los instantes más importantes de dicha historia.
Recuerdo las mañanas que nos levantábamos para ir al colegio. Sin angustias, sin nervios, sin sueño, porque a diferencia de mis hermanos que tenían la reticencia normal de cualquier niño a ir al colegio (léase pereza matutina o exámenes a la vista), yo siempre he sido algo más repelente y me encantaba. Era el primero en oler el desayuno, en preparar mi mochila y en observar como corrías detrás de mis hermanos para que no se hicieran los remolones. Recuerdo el chándal verde de los días de gimnasia, las idas y venidas de todos por los pasillos, recuerdo volver del colegio con hambre atroz y devorar aquello que se pusiera por delante, para tu satisfacción y regocijo.
Recuerdo los días previos a cualquier examen con añoranza, porque siempre te empeñabas en preguntarme los temas a ver si me lo sabía y a mi me encantaba demostrarte lo bien que me lo sabía todo (ya he dicho que era muy repelente, no hace falta que lo penséis). Recuerdo cuando te decíamos que no encontrabas algo y, desaparecías en el interior del armario empotrado, que era pequeño e infinito a la vez, y aparecías mágicamente con el objeto buscado y la cara de "si es que no sabéis buscar..."
Recuerdo tus regañinas cuando volvía a casa a por el inhalador, con los mofletes colorados y ansioso por seguir jugando en la calle. Éras feliz por verme jugar pero te preocupabas a la vez porque nunca sabías si tenías que ir corriendo al hospital por si mi asma podía conmigo.
Recuerdo verte llorar cuando todo te superaba, cuando en multitud de ocasiones, las costumbres para nosotros se tornaban leyes, y pensábamos que el tiempo que nos regalabas constantemente era tu obligación y ni siquiera parecíamos agradecerlo. Recuerdo volver por las noches y ver tu rostro somnoliento en el oscuro pasillo, entre las sombras, vigilando cual de tus polluelos había vuelto al nido.
Recuerdo tu ilusión al volver a trabajar, mi alegría, porque siempre admiré tu sacrificio para cuidarnos. Recuerdo verte rejuvenecer con los años, regenerar tu vitalidad. O acaso soy yo, que al crecer cada vez me asombra más tu capacidad para llegar a todo lo que te propones.
Soy un poco caótico en mi tiempo, pero ordenado en mis prioridades. Soy olvidadizo, despistado...
Pero eso no significa que no me acuerde de tí.
Te recuerdo constantemente

¡Feliz cumpleaños mamá!

domingo, 15 de marzo de 2009

Vikingos


Stavkirke. Así se llaman estas iglesias noreuropeas de las que sólo se conservan unas decenas en Noruega. Se les llama erróneamente Iglesias Vikingas, por los dragones que adornan su fachada. En realidad, todos sabemos que los vikingos no eran muy cristianos que digamos. El cristianismo llegó a Escandinavia allá por el siglo IX, cuando se comenzaron a construir estas iglesias. La gente del lugar aceptó de buen grado la nueva religión, pero seguían incluyendo iconos de sus creencias, como los dragones. Era una forma de decir: "Si, si, lo que digáis pero yo pongo esto por si acaso".
Cuando estuvimos en Noruega nos indicaron que en los últimos años había surgido un grupo violento que quemaba estas iglesias. Se hacían llamar los Nuevos Vikingos o algo así y reclamaban el más puro nacionalismo, volver a las raíces vikingas y acabar con todo aquello que contaminó su historia.
Flaco favor le hacen a los pobres vikingos, a los que la industria cinematográfica han presentado como bárbaros sin corazón ni piedad que arrasaban todo aquello que encontraban a su paso. Y, para que discutirlo, un poco bárbaros si que eran, pero a ver cómo estaríamos nosotros de malhumorados en una tierra infértil (el 95% del suelo Noruego es infértil) y con más frío que pelando rábanos a las 7 de la mañana en enero. Y para los recursos que tenían lograron expandirse, llegar a América y sembrar el pánico en Europa. Incluso llegaron a Sevilla subiendo por el Guadalquivir (y le prendieron fuego de paso, año 844). Claro que cuando llegó el verano y vieron el percaz dijeron: "vámonos de aquí que con estas pielas que llevamos nos cocemos vivos aquí, "mi arma"".
Tras llegar hasta el Mar Negro y el Mar Caspio, tras infundir el terror en el mediterráneo y en los grandes río Europeos, los vikingos fueron languideciendo a partir del siglo x, aunque sus descendientes llegaron a fundar ciudades como Kiev e instaurarse en regiones como Normandía.
Bueno, saliendo un poco del círculo metafísico de las últimas entradas, hoy me he puesto un poco a recordar nuestro viaje a Noruega, así que le dedico esta entrada a este pueblo guerrero de finales del primer milenio, a pesar de que estén furiosos por arrebatarles la primicia del descubrimeinto de América (vale llegaron cinco siglos antes que nosotros, pero no es lo mismo llegar que anunciar, ojo).
Y no tenían cuernos en los cascos!

jueves, 12 de marzo de 2009

Sabiduría ciega vs Ignorancia egoísta


En la primavera de 1609, hace hoy cuatrocientos años (dia más día menos), un profesor de la Universidad de Padua paseaba por las calles venecianas cuando un mercader le mostró un curioso objeto cilíndrico de madera. A través de él, las cosas más lejanas se veían algo más cerca.
Movido por su incesante curiosidad perfeccionó este tosco artefacto hasta que a finales del mismo año logró aumentar 20 veces el objeto de los tamaños al mirar por él. Lo enfocó a los cielos, buscando la luna. Y la encontró. Pero no encontró la perfección que Aristóteles afirmaba. Encontró irregularidades, montañas, valles, zonas oscuras y claras... Esto que hoy nos parece una obviedad, en aquella época era una herejía: los cielos nos son perfectos ni inmutables, la concepción aristotélica del mundo, en la que se basaba la Iglesia Católica, ¿no era cierta?
Descubre pequeños objetos alrededor de Júpiter, hoy cuatro de sus satélites, observa algo extraño en Saturno, hoy anillos, percibe zonas oscuras del sol, hoy manchas solares...
A partir de aquí la historia es bien conocida. Enfrentamientos con la Santa Inquisición hasta el fin de sus días, con condena incluida
Fue el primer hombre (que se sepa) en ver lo lejano tan cercano.
Irónicamente, murió ciego. Y sin embargo había visto más que cualquiera. Sus detractores seguramente pensarían que era un castigo divino por intentar ver más allá de lo que al ser humano le estaba permitido.
Hoy día, 400 años después la Iglesia ya ha aceptado sus tesis. Pero no rectifican la condena.
Pero es lógico que no rectifiquen, porque rectificar es de sabios. Y no se le puede pedir peras al olmo ni sabiduría a la ignorancia, ni magnanimidad al egoismo.
Yo mientras tanto sigo admirando a personajes que dedicaron su vida a la curiosidad, al saber, al investigar, en contra no sólo de lo rudimentario de los objetos que tenían, sino también de las corrientes sociales de la época.
Mi admiración para Galileo Galilei, uno de los padres de la ciencia moderna.

martes, 10 de marzo de 2009

Presente


¿Realmente cuanto dura el presente?
Podríamos decir que es infinito, porque nunca empieza ni acaba. Pero también lo sería el futuro, porque tampoco acaba aunque siempre empieza (en el presente) o el pasado, que nunca empieza y siempre acaba (en el presente). Podríamos decir que el presente dura siempre y que el pasado o el futuro no es sino una entelequia de nuestro cerebro para intentar darle un sentido a nuestro espacio-tiempo, para ordenarlo, para intentar comprenderlo.
O podríamos decir que no existe. Que el pasado y el futuro se unen en un infinitesimal momento. Es pasado hace cinco minutos, hace cinco segundos, hace cinco milisegundos...y es futuro dentro de esos cinco milisegundos...
¿Es el presente una percepción nuestra o existe realmente?
Ayer, mientras viajaba, el cielo estaba despejado (últimamente esto no viene siendo normal). Y al mirar las estrellas recordé que ni siquiera lo que vemos es el presente. Los objetos que vemos los vemos porque la luz llega hasta nuestros ojos. En el mundo real esto no es importante, la velocidad de la luz hace que todo sea instantáneo, pero cuando miramos arriba...ah! esto ya es harina de otro costal. Lo que observamos es el pasado. De forma continua. Una estrella a un año luz significa que la luz tarda un año en recorrer esa distancia. La luz que nos llega de esa estrella es la que salió de ella hace un año. Estamos observando cómo era esa estrella hace un año. Observamos estrellas, galaxias a veces a miles de millones de años luz...puede que ni existan ahora... Que paradoja, las vemos en el cielo, en el pasado, cuando en realidad a lo mejor no existen ya...
No nos vayamos tan lejos; la luz del sol tarda unos ocho minutos y medio en llegar a nosotros. Podéis hacer la cuenta vosotros; el sol está a 1,5 mll de km (aprox), la luz viaja a 300.000 km/s. 500 segundos. Es nuestro astro, el que nos da vida, el que nos marca los ciclos...y ni siquiera a él lo vemos como es ya.
Así pues no sólo es discutible la existencia del presente sino que además no es algo fijo e inmutable: depende del observador. Nuestro presente, nuestro instante, si existe, ya ha pasado para el resto. Observamos el pasado, permanentemente.
Vivimos pensando en el futuro, observando el pasado...¿donde queda el presente?

domingo, 8 de marzo de 2009

Los Eternos

Este relato es continuación de "El Gran Colapso"
La llegada de los Eternos supuso un punto y aparte en la historia de la humanidad. Afortunadamente. Según cuenta Bisab, la Década Negra había hecho estragos en la sociedad mundial; guerra de guerrillas constantes, lucha entre grupos humanos por consolidarse en las ZEC y migraciones por doquier habían hecho de la sociedad humana un caos en constante declive...
Los Eternos llegaron a finales de la década de los 20, hará unos 80 años, cuando Bisab ya había sobrepasado el medio siglo. El nombre de Eternos no queda muy claro de dónde vino. En realidad no son Eternos, pero su forma de vida, la conexión entre sus miembros, daba a entender que aún a pesar de la muerte de uno de sus miembros, algo vivo de él quedaba en el resto.
Los Eternos llevaban siglos observándonos. Hay quienes aventuran que algo tuvieron que ver en la formación de vida en la Tierra, pero que aún no estábamos preparados para escuchar toda la verdad. Nuestro orgullo, prepotencia y supuesta superioridad ya sufrieron bastantes desagravios tan sólo con su llegada.
Pero analizada retrospectivamente, era necesaria esta llegada. Gracias a ello cambió la mentalidad combativa de nuestra especie, al darnos cuenta al fin de que sólo erámos una mota entre miles, una célula que formaba parte de un organismo mucho mayor. El Hombre por fin levantó la cabeza hacia arriba y no vió solo estrellas, sino miles de ojos que los observaban con esperanza. Porque los Eternos aman la vida y adoran la inteligencia, y se apenan de un mal uso de la misma. Saben que la inteligencia es una peligrosa arma que mal enfocada provoca la autodestrucción. Y sólo intervienen en contadas ocasiones, y la nuestra fue una de llas, porque tienen la intuición de que el ser humano podría jugar un papel importante en un futuro muy lejano, ya que posee potencial para desarrollar grandes cosas. Aunque ese potencial se vea desperdiciado constantemente.

El Bisab fue uno de los pocos que tomaron contacto con los Eternos. Poco a poco, los avances en la medicina han alargado la vida media del ser humano, pero todos sabemos que es algo sobre lo que no podremos avanzar más hasta que no colonicemos las estrellas. Sólo unos cuantos elegidos como Bisab son seleccionados para llegar a la barrera de los doscientos años; sólo aquellos que aún tienen mucho que aportar al bien global.

El Bisab me abre la puerta y sonríe. Sé que soy su bisnieto preferido porque me apasionan sus historias del ayer, sus largos recorridos por la época de principios del siglo XXI y que me sigo asombrando por todo lo que me cuenta, cuando la vida era tan diferente a como lo es ahora, cuando el ser humano se hallaba perdido en luchas fraticidas entre sí, sin destino ni meta para ello, tan sólo por el simple placer de conquistar, de ganar, de humillar al contrario...

El Bisab me conoce muy bien, y me pregunta:

-¿Que inquietud me traes hoy hijo?

-Bisab, me pregunto que es aquello que llamaba tanto la atención a los Eternos sobre la especie humana...

-Ah, eso... (se le pierde la mirada buscando en los recuerdos...). Bueno, es algo que nunca imaginarías. Según ellos y a pesar de nuestro historial destructivo y competitivo...somos la única especie conocida que tenemos...no sé como llamarlo...sentido del humor; somos capaces de reirnos de nuestras propias desgracias, de nuestras incapacidades intelectuales, de todo...los Eternos creen que eso nos da una fuerza mental superior al resto...ya ves...Ellos que saben tantas cosas no saben de donde viene esta capcidad innata del ser humano, y no saben si nuestra mente, por ser tan diferente al resto, será capaz de resolver en un futuro muy muy lejano, el Problema.

-¿El Problema?¿Que Problema?

-El Problema, con mayúsculas, no es algo que nos ataña ahora mismo, querido bisnieto. No es algo de lo que debamos preocuparnos...tenemos mucho tiempo por delante...tenemos mucho que aprender aún...

viernes, 6 de marzo de 2009

Acerca de los contrarios


“Habían reflexionado mucho sobre aquello. Jack lo había comparado con lo que sucede cuando se intenta separar los polos positivo y negativo de un imán: no se obtiene un polo positivo y un polo negativo, sino dos imanes diferentes, cada uno con ambas polaridades.”

Laura Gallego García MEMORIAS DE IDHÚN III. Panteón


Las grandes religiones de nuestro tiempo se basan en una premisa fundamental, y que me perdonen los teólogos por la simplificación: Existe un dios todopoderoso y omnipotente (que por cierto creo que es casi lo mismo). Este dios es infinitamente bueno e infinitamente justo y en su infinitísima justicia y bondad decidirá quien se libra del infierno perpetuo y a quien se premia con el eterno bienestar.
Es nuestra tendencia natural: separar lo bueno de lo malo, lo frío de lo cálido, el día de la noche, el orden del caos. Tendemos a imaginar el mundo como un lugar en constante lucha entre el bien y el mal, en el que uno ha de salir victorioso y el otro derrotado, cuando lo cierto es que uno no puede existir sin el otro, pues nada existe sin su contrario.
Lo “negativo” del mundo se suele relacionar con otra figura ajena a estos dioses. Como si todo lo bueno y todo lo malo se hubieran separado y juntado en dos ejércitos que luchan entre sí. No concebiríamos un dios que aglutinara ambos conceptos. Pero lo cierto es que un dios todopoderoso y omnipotente y creador de todas las cosas ha de tener todos los conceptos, todas las ideas, ha de ser creador y destructor a la vez, porque en el todo están incluidos los contrarios.
Y si todo fuera luz no existiría la luz. Porque entonces no habría oscuridad. Y si no hay oscuridad, ¿Cómo distinguimos la luz de la oscuridad, si todo es igual, inmutable, imperturbable? ¿Cómo distinguiríamos el día de la noche si nunca se pusiera el sol? ¿Cómo distinguiríamos lo frío de lo cálido si toda materia siempre tuviera la misma temperatura?
Necesitamos ordenar las cosas, las ideas, para comprenderlas, desgranarlas, estudiarlas. Pero necesitamos el caos para evolucionar, para desarrollar, para no languidecer. Necesitamos la luz para caminar y la oscuridad para reflexionar, la lógica para analizar y la pasión para sentir…
No nos confundáis: no existe el paraíso ni el infierno; al menos no separados entre sí. ¿A que aspira sino un alma en cualquiera de estos dos sitios, si no se puede ir más allá, ni a peor ni a mejor?
Ni siquiera se le podría llamar descanso eterno ni condena eterna porque no tiene sentido el tiempo en algo que no se inmuta, que permanece inalterable: y si no existe el tiempo, no existe medida del mismo, y por lo tanto no existe la eternidad, que es la medición infinita del tiempo...
Que no nos prometan milongas.

lunes, 2 de marzo de 2009

Viaje de familia

Hoy he leído una entrada que me ha recordado muchas cosas. Pero la más clara y diáfana son aquellas 5 horas de viaje que se pegaba mi padre en el R14 (si aquel Renault de culo gordo) cuando íbamos del sitio-donde-nacimos al sitio-donde-crecimos y viceversa. En navidades, verano, semana santa, puentes y fiestas de guardar, familia parriba familia pabajo. ¡Y no le daba pereza! Ahora se tarda 2 h y 45 minutos. Y te lo piensas dos veces. Nos hemos acostumbrado a lo rápido, a lo fácil, a lo inmediato. Y el resto nos parece tedioso, engorroso...
No había autovía, sólo el último tramo si se le puedo llamar autovía hoy en día. Viajábamos los cinco mas los dos pájaros, en verano, sin aire acondicionado y con el maletero desafiando las leyes de la mecánica cuántica (si, cristal00k, para la masa que teníamos acumulada en tan pequeño espacio extraño era que no se formara un agujero negro que acabara con las leyes cuánticas y de la relatividad). Porque ojo, se viajaba hasta con el televisor a cuestas, nada de tener varios televisores en casas distintas. Pasábamos por infinidad de pueblos, mi padre siempre nos decía "huy huy el pantano este año está mas seco que nunca, este año sequía". Si se hubiera secado al ritmo que pronosticaba mi padre, que otra cosa no pero exagerado es de los buenos, hubiéramos estado lamiendo charcos hace tiempo. Las peleas entre hermanos eran continuas y se pueden resumir en:
Hermano pequeño a hermana mediana: Échate pallá que no tengo sitio ajúuuuuuu
Hermana mediana a hermano pequeño: Si, y que hago me tiro por la puerta?
Hermano mayor (yo) a ambos: A ver si os calláis que sólo sabéis dar por saco
Hermano pequeño a hermano mayor: si la culpa es tuya que ocupas medio coche
Hermano mayor a madre: Mamá el renacuajo me ha dicho gordooooooooooooooooooo
Padre: Vamos a tener un a ACCIDENTE, así no se puede conducir
Madre: Os váis a enterar cuando bajemos ( y echaba su corto brazo hacia atrás y misteriosamente llegaba a todos nosotros para darnos a cada uno un pellizco en la pierna)
Todos los hermanos: Ayyyyyyyyyyyyy pero yo que he hecho???
Pájaro 1: Piiiiiiii
Pájaro 2: Pípiiiiiiiiipirrrrrrrrrrrriiiiiiiiiiiipiiiiiiiiii
Hermano mayor: Lo que faltaba que coñazo de pájaros
Hermana mediana: bolsaaaaaaaaaaaaaaaa, (madre rápida cual sputnik saca una bolsa de dios sábe donde y se la da a hermana pequeña) puargggggggggggggggggggggggg
Hermano pequeño: Que asco mamá esta niña ha vomitadooooooooo
Padre: Yo estoy ya acelerao, me estoy poniendo muy nervioso
Hermano mayor: ¿cuanto queda pa las tostadas?
Hermana mediana: puargggggggggggg
Pájaro 1: Píiiiiipirrripiiiiiiiiii
Hermano pequeño: Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que asco que la bolsa me está rozando
Madre: Ahora paramos y la tiramos
Padre: Voya a parar pero más de uno se va a quedar aquí.
.........
......... (silencio sepulcral)
Pájaro 1: Píiiii?
Ains que tiempos aquellos cuando 5 horas daban para tanto

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