miércoles, 27 de enero de 2010

Strong enough

La música tiene extraños efectos en nosotros. A veces escuchas una canción y el ritmo, la voz, y los tonos te inspiran unos sentimientos que nada tiene que ver con la letra. Eso me ha pasado con Strongh Enough, que sonaba esta mañana en la radio. Circulando por la carretera con el sol saliendo entre las montañas nevadas, sentí alegría y ganas de vivir. Y me vienen flashes de momentos pasados junto a mi Señora del Caos, las risas que compartimos juntos, el camino que llevamos recorrido. Y siento que no le digo las suficientes veces lo mucho que significa para mí. El blog solo muestra una parte de mi, la reflexiva, la profunda, la equilibrada, la que siempre tiene respuestas, la que nunca se altera, la paciente, la bondadosa. Pero eso sólo es una parte de mí, aquí no aparece la parte irascible, la impaciente, la exasperante, la superflua, la incongruente...

Luego leo la letra de la canción, que habla de ser "suficientemente fuerte para vivir sin tí", y compruebo que no tiene nada que ver con los sentimientos que me habían inspirado. Y pienso si yo podría vivir sin mi Señora del Caos. Me considero una persona fuerte que vive con ilusión y siempre buscando nuevas metas. Y me pregunto: ¿podría vivir con la ilusión rota, con las metas destrozadas, con el corazón latiendo por inercia y no por pasión? ¿podría vivir anclado para siempre en un tiempo pasado, añorando el eco de una voz, reviviendo la imagen de una sonrisa?

Depende de lo que entendamos por vida: la RAE establece varias definiciones entre las que destaco: "Estado de actividad de los seres orgánicos" o "Espacio de tiempo que transcurre desde el nacimiento de un animal o un vegetal hasta su muerte". En este sentido sí. Podría vivir.

Pero yo la Vida, con mayúsculas, la entiendo como un concepto dinámico, cambiante, como un camino continuo en el que se comparten sentimientos, pensamientos, ideas...Para mí la Vida es sentir. Y creo que no tendría fuerza suficiente para sentir con un corazón que sólo bombearía por obligación. La máquina seguiría funcionando por la energía acumulada, pero el motor estaría parado, porque se habría quedado sin combustible.

Me inspiras, mi Señora del Caos. Sin tú pretenderlo.Vivo con ilusión porque soy afortunado, y soy afortunado porque puedo compartir mi ilusión contigo. Es un círculo cerrado, como diría mi amigo Clostridium. Un círculo por el que vagaría eternamente si fuera dueño del tiempo y el espacio. Un círculo que huele a tí, que sabe a tí. Un círculo que abraza a esta Torre y que le da sentido. Un círculo perfecto. Nuestro círculo.

martes, 19 de enero de 2010

Necedad

Eran amigos desde que tenían uso de razón. Eran amigos a pesar de la prohibición de sus padres, de que iban a colegios diferentes, de que vivían en barrios distintos, de que pertenecían a clases sociales irreconciliables. Eran amigos, a pesar de que uno era un Grave y el otro un Agudo. Desde tiempos inmemoriales los Voces Graves y los Voces Agudas han estado enemistados. Nadie sabe la razón, cada uno apela a conflictos pasados difícilmente contrastables. En un mundo como el suyo, de perfecta oscuridad, la evolución les desarrolló el resto de los sentidos en detrimento de la vista. No hay luz en su mundo, sólo sonidos, olores, tacto y sabor. Cuenta la leyenda que en un pasado muy lejano la oscuridad era parcial y sus antepasados podían ver. Pero ya nadie sabe lo que es ver.
Martín pensó en su amigo, ahora lejos de allí. Cuando se hicieron mayores intentaron comprender el porqué la diferencia ocasionaba rechazo. Martín llegó a la conclusión de que los dioses les habían castigado quitándoles la vista.

Piénsalo”, -le dijo a su amigo-, “nos han quitado la vista como prueba, quizás si algún día todos conseguimos vivir en paz y armonía por fin nos la devuelvan”.

“Yo no estoy seguro de que nos la devuelvan” –dijo él-“mas bien creo que nos irán quitando cada uno de los sentidos, porque seguramente si pudiéramos ver haríamos nuevas clases. A lo mejor en el pasado éramos Pieles Oscuras y Pieles Blancas, como dice la leyenda, y en el futuro seremos Pieles Saladas o Pieles Dulces. Quizás sólo cuando no tengamos sentidos y sólo podamos juzgar con la mente, realmente empecemos a comprendernos.”

En esa marea de reflexiones Martín, cabizbajo, pensó que quizás entonces se enemistarían las Mentes Progresistas con las Mentes Conservadoras. Pensó que quizás la única forma de acabar con esta espiral que los atrapaba sería saber qué siente el otro.
Por eso, Martín decidió dedicar toda su vida a inventar una máquina que transformara las Voces Agudas en Voces Graves y viceversa. Y lo consigió.Pero su propia raza lo condenó por traidor, y el invento cayó en el olvido, y la idea se quemó junto a sus libros.
Y es que no se pueden derrumbar las bases de la estupidez con la racionalidad. No se puede combatir con las armas de la lógica al necio que no quiere comprender otra realidad más que la suya.
Pero esto Martín sólo lo supo mientras ardía junto a sus ideas.

miércoles, 13 de enero de 2010

Avatar, Pandora y las 3D

Después de ver 2012, que me dejó totalmente decepcionado conmigo mismo por confiar en una película americana sobre desastres naturales y que ni siquiera tuve ganas de plasmar en el blog, Avatar ha sido una bocanada de aire fresco en este mundo de producciones atropelladas y sin gusto ninguno.
No negaré que el guión de la película no tiene nada de original; un pueblo oprimido, una defensa imposible, un malvado enemigo despiadado y sin escrúpulos...todo esto está muy visto en el cine, y sin embargo la película me ha parecido soberbia a la par que esperanzadora. Y es que a veces a los guiones les falta el aliño, el complemento. Ensaladas hay muchas pero unas están mejor que otras.
Las 3D es algo que en mi otro blog de Crónicas del Futuro ya podéis vislumbrar; están a la vuelta de la esquina y no le doy ni cinco años a que empiecen a instalarse en los hogares españoles las televisiones con 3D, desbancando a las pantallas LED que irrumpen con fuerza en el mercado. Nada dura mucho en estos tiempos.
Pero el punto fuerte de esta película (y a partir de aquí el que no la haya visto que deje de leer) no son sólo estos aderezos, sino la sensación de que pertenecer a algo más grande que nosotros mismos y nuestro ego imparable. En más de una ocasión he hablado en la Torre del concepto de Gaia, de la sensación de una conexión entre lo vivo, la naturaleza, el universo, algo muy por encima aún de nuestro entendimiento y de lo que nos alejamos cada vez más en nuestra loca carrera hacia un futuro incierto. En Pandora, Gaia es Eyhwa y la conciencia de pertenecer a un ente superior permite adquirir un respeto por la vida que sólo se puede alcanzar si sentimos que formamos parte de un todo.
Me impresionaron las 3 dimensiones, el colorido de Pandora, la biodiversidad de esa luna lejana, el enfrentamiento de dos formas de vida tan dispares... pero lo que realmente me atrapó de Avatar es la idea de un estado superior de la consciencia; una bofetada al egocentrismo humano, una vuelta de tuerca darwiniana, una base de datos sobre la vida a disposición de los seres que lo forman...y la posibilidad de que la vida sea mucho más compleja de lo que intuimos y a la vez más simple de lo que imaginamos.
Y creo que la mayoría de la gente cuando vea la película, querría ser mucho más azul...

lunes, 4 de enero de 2010

Un año en la Torre

Hace un año cogí una piedra. Era dura y compacta y la coloqué en el suelo. La observé. Me gustaba esa piedra, ese gris oscuro, ese tacto rasposo y frío, ese aspecto desgastado por el paso del tiempo. Había muchas piedras similares diseminadas por esta extraña dimensión, la dimensión formada por mis recuerdos, mis experiencias, mis inquietudes, mis esperanzas, mis visiones y mis ideas. Eran similares pero distintas entre sí. Algunas tenían cantos redondeados, lisos y suaves, fruto de los recuerdos más agradables. Otras eran de aristas vivas y cortantes. Algunas nuevas se apoyaban en otras antiguas. Otras estaban en grupo, algunas aisladas. No parecía haber orden ni concierto en la disposición geométrica de las piedras, pero intuía que alguna ecuación misteriosa relacionaba todas y cada una de esas piedras. Debe existir una lógica desconocida para mí, que no por ser desconocida ha de dejar de ser lógica.
Comencé a juntar esas piedras, a formar una base circular. Había nacido la Torre del Caos, en un intento de ordenar esas piedras y formar una Torre que diera sentido a unos elementos a primera vista independientes entre sí, caprichosamente distribuidos.
Así es la Torre, un intento de ordenar esas piedras tan diferentes que son mis pensamientos. Un Orden hecho a base de elementos caóticos, dispersos. Así somos las personas, un conjunto de ideas, pensamientos, sentimientos, experiencias que nos van formando continuamente. Cada acción, cada idea tiene un porqué. La mayoría de las veces ese porqué está oculto, pero eso no quiere decir que no exista. A veces ese porqué está compuesto por una pequeña proporción de azar, un elemento esquivo de nuestro universo que se empeña en permanecer oculto. ¿Es el azar "predecible", pero desconocido a nuestro entendimiento, o es una necesidad de nuestro universo, imprescindible para dar una vía de escape a una cuadrícula perfecta? ¿No es irónico que la vida misma vaya en contradicción con la mismísima Segunda Ley de la Termodinámica, aquella que manifiesta que todo sistema tiende al desorden? La vida es entropía negativa, exige un consumo de energía desorbitado. La vida es una equivocación. Una equivocación maravillosa.
Me asombran los misterios de esa equivocación. Y me alegro de llevar un año plasmando ese asombro en otra dimensión extraña, compartiéndola con todos vosotros.
Quiero seguir explorando estas piedras, formando esta inusual Torre que asume la necesidad de un orden subyacente, pero que trata de no olvidar que somos partículas caóticas.
Un abrazo a todos y feliz 2010.

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