jueves, 30 de abril de 2009

Rodas

El amigo FBM me ha regalado este premio, según dice él por mis "crónicas viajeras". No sé que premio inventar para agradecerle a el la recopilación de mitos creacionistas que está haciendo, o los relatos de ciencia ficción con mucha parte de ciencia que amplia nuestros horizontes, a veces limitados por la física cotidiana.

Como soy poco docto en esto de los premios, creo que nadie se molestará si solo se lo paso a un blogger: Titanic, porque en cada uno de estos relatos viajeros he tenido al mar de testigo, y creo que su última entrada bien merece el premio.
Aprovecho pues para abrir otro capítulo en este apartado viajero-turísitico. Seguramente a todos os sonará Rodas por el Coloso, aunque sólo lo hayamos visto en películas antiguas de aventuras griegas (¿Quizás sale en "Jasón y los Argonautas"?).


Rodas, con trescientos días al año de constante sol, es la isla más grande del Dodecaneso. El casco antiguo de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad, es la ciudad medieval más poblada de Europa, y perderse por su sinuoso laberinto de calles, alejados de las calles principales, es sencillamente respirar aire de otros tiempos. Al abrigo de las sombras regaladas por la estrechez de las calles, habitantes gatunos vuelven a ser las figuras comunes que pasean por el suelo empedrado.



Su historia se resume en una frase, y que me perdonen los historiadores de pro: "Al sol que más calienta". Y no es por los días de sol que hemos comentado antes, sino por:
a) Llegada de los minoicos y micénicos a poblar las islas y posterior llegada de los dorios que fundan las primeras ciudades.

b) Alianza con Atenas contra los Persas en la batalla de Maratón (490 a.C)

c) Alianza con los Persas contra Atenas en la batalla de Salamina (480 a.C).

d) Como en la batalla anterior perdieron, se volvieron a aliar con Atenas uniéndose a la Liga de Delos en 477 a.C

e) La cosa volvió a salirle rana y se volvieron a aliar contra Atenas, esta vez uniéndose a Esparta, con la que también se había aliado en las Guerras del Peloponeso.

g) Seguidamente se unieron a Persia contra Alejandro Magno, pero como vieron que pintaban bastos acabaron uniéndose a él.

h)Cuando más tarde Grecia se vió asediada por las legiones romanas, rápidamente Rodas se alió con Julio César. Pero claro, tras el asesinato de César, los aliados de éste no eran muy bien vistos, asi que Casio asedió Rodas que destruyó sus barcos, robó sus obras de arte y dejó a Rodas calladita y al amparo del imperio romano. (Menos mal porque no me quedan más colores para simbolizar sus alianzas).

e) Tras la división del Imperio Romano, Rodas quedó del lado del Imperio Bizantino y se independizó cuando los cruzados tomaron Constantinopla. Genoveses y más tarde los Caballeros de San Juan gobernaron la isla hasta que los otomanos ocuparon su sitio, desplazados a su vez por los italianos y finalmente reconquistados de nuevo por Grecia. Total, tanto dar vueltas para acabar como al principio


La Calle de los Caballeros cruza aún el caso antiguo en uno de sus laterales, testigo de los años de esplendor de la época medieval, flanqueada por enormes paredes de piedra que le otorgan una carácter robusto y sempiterno. Al salir por una de sus arcadas, el mar azul, casi añil en estas longitudes, nos recoge de nuevo en su seno para transportarnos a otro trocito del pasado.








Al alejarnos de sus costas, el sol se pierde lamiendo sus tejados, haciéndonos un guiño lejano.La ciudad respira tranquila, salpicada de turistas afanados en sus compras o recreados en su belleza. Lo que antaño fuera testigo de alianzas y traiciones, idas y venidas de civilizaciones, hoy en día es un reducto de paz.




martes, 28 de abril de 2009

Premio mágico


La Pecadora number one de los mundos blogueros, S., ha tenido el detalle de enviarme este premio tan violáceo. De alguna forma, me alegro por la buena marcha de este blog, que he visto nacer casi a la par que el mío allá a principios de febrero y que poco a poco va ganando adeptos, y es que el pecado es lo que tiene, que tarde o temprano nos atrapa a todos en algunas de sus variantes.
Tendría que nombraros a todos los que pasáis por aquí, pero el caos anda últimamente revuelto y no me deja explayarme lo que me gustaría en cada uno de vosotros. Con el tiempo adecuado haré una entrada dedicada a mis nuevos amigos bloggeros, pero prefiero reservarla y no hacerla con prisas.
Sólo mencionar que desde que dejé la adolescencia allá al principio de los 90, dejé de escribir. Los estudios, la vorágine del día a día, que pasó de un futuro lejano a un presente inmediato, me engulló en su cíclica carrera de objetivos y metas parciales. Más tarde el trabajo, las nuevas responsabilidades, los cambios continuos en mi vida, fueron dejando en la cuneta actividades antes básicas para mí como el deporte o la lectura.
Poco a poco he ido recuperando parte de esa vida. La vorágine cíclica continúa, pero mi mente es más libre, más estable. La vida en pareja, lejos de apartarme definitivamente de aquellos agradables momentos de inspiración, me los ha renovado por completo. Siento más ganas de escribir, de leer, de crear, de conocer, de aprender...y quizás sea porque a mi lado hay alguien que siempre me apoya, por muy extravagantes que sean mis ideas.
El blog ha sido otra batalla ganada a lo cotidiano, otra lucha por calmar la voracidad del tiempo, por frenar ese tic tac incesante que nos marca nuestro ritmo e intentar plasmar aquellos pensamientos o sentimientos fugaces que de otra manera volverían a perderse en el olvido, como en estos pasados años de paréntesis
Y en ocasiones, dejo mis dedos recorrer el teclado, como ahora, que en teoría sólo escribía para agradecer este premio, y de repente mi mente comienza a divagar por otros senderos de impredecible itinerario e inimaginable final.
Gracias a todos por alimentar este pequeño mundo del Caos.

domingo, 26 de abril de 2009

Yo he robado el mes de Abril

El mes de Abril te vió nacer este día.
Yo no estaba allí, aún no había llegado.
Entre el viento y las flores, alegría,
la buena nueva de un ángel amado.
Cada año el mes de Abril cabalga,
entre lluvias y soles, entre invierno y verano
y lentamente te trajo hacia mi alma
y ahora tu sonrisa, duerme a mi lado...

¡Feliz cumpleaños mi Señora del Caos!
Gracias por apoyarme en cada uno de mis proyectos, como este blog, por iluminar mis ilusiones y hacerlas más grandes.
¡Gracias al mes de Abril, por traerte tal día como hoy del año setentaytantos!

miércoles, 22 de abril de 2009

Supervivencia

Confinados en las profundidades oceánicas no podrían resistir mucho tiempo.
Hacía siglos que habían poblado todos los recovecos existentes en el fondo oceánico hasta donde la falta de presión les permitía. Mas allá de un límite, sus cuerpos experimentarían las desagradables consecuencias de la baja presión. Necesitaban tener kilómetros de agua sobre ellos.
Las sondas enviadas hasta ahora indicaban cambios en las capas superficiales. Sabían de la existencia de millones de seres vivos tan sólo con lanzar sus redes telepáticas hacia lo desconocido, y por ello estaban seguros de la existencia de vida más allá del medio acuoso. No necesitaban verla, tan sólo visualizarla en su compleja mente. No podían verla. A estas profundidades, el sentido de la vista es algo que perdieron muchas generaciones atrás, cuando las capacidades mentales se desarrollaron por completo y puedieron adaptarse al entorno con ellas.
Pero mas allá de su medio natural, las ondas telepáticas llegaban distorsionadas, como el eco de una realidad fantasmagórica e inexistente.
Arriba existía un mundo lleno de actividad y estrépito, muy diferente al silencio eterno de su mundo. Al menos eso intuían. Todas las formas de vida detectadas hasta el momento tenían diferentes formas de comunicarse entre sí y con su entorno, pero la suya había evolucionado hasta un punto en que ningún ser suboceánico representaba un peligro para ellos. Y habían crecido inexorablemente, obteniendo energía de sus fuentes naturales, de las dorsales oceánicas, del movimiento tectónico de las placas, de las corrientes marinas...
Hace unos milenios comenzaron a detectar débiles ráfagas de una conciencia distinta a las anteriores. Había destellos de creatividad, imaginación y capacidad de amoldar el entorno en esa mente primitiva. No lograban vislumbrar el nexo entre los individuos, pero sintieron un enorme placer al comprobar que no estaban solos y que podrían relacionarse con otra raza que les explicara los pormenores del supramundo, pero entonces aún no disponían de la tecnología capaz de salvar la distancia ya que la diferencia de presión era un obstáculo insalvable. Intentaron lanzar destellos telepáticos aunque llegaran muy débiles, pero nunca obtuvieron respuesta.
En el último siglo la influencia de esa raza sobre su propio mundo oceánico había crecido de forma exponencial. El Océano, su mundo, estaba siendo trastocado irreversiblemente.
Cuando consiguieron desarrollar el artefacto que les acercaría casi hasta el límite de su mundo, suficiente para detectar con más claridad los pensamientos y entresijos mentales de esta raza emergente descubrieron algo que les llenó de terror: esa raza no era telépata, su forma de comunicación era tan rudimentaria como el resto de seres, sólo que con un lenguaje mucho más complejo y elaborado. Esta raza no tenía conciencia colectiva como ellos, seguían entendiendo el ciclo de la vida y la muerte como algo individual al no existir conexión entre ellos. Lo aprendido por cada unidad se perdía en ocasiones tras su desaparición, algo impensable para ellos, que funcionaban como un único ser, donde la muerte propiamente dicha sólo tenía sentido con la desaparición total del organismo colectivo. ¿Que clase de especie se había impuesto sobre las demás confinándolos a una existencia condicionada?¿Cómo habían logrado abrirse paso entre las demás especies sin estar conectados entre sí?
Por primera vez, su mundo se tambaleaba. Asentados en una sociedad del bienestar, su evolución tanto biológica como psicológica se había estancado hacía milenios, al no tener necesidad de competir ni buscar objetivos. Pero ahora era conscientes de su vulnerabilidad. Debían buscar una salida, debían desanquilosar su única arma de protección, aquella que hasta ahora sólo habían utilizado para comprender el mundo que les rodea, pero que ahora tendrían que mejorar y perfeccionar para protegerse de él.
En el apartamento 34 de la avenida principal de la ciudad, alguien descansaba con las persianas bajadas y la luz apagada.Había vuelto ese horroroso ataque de migraña. Es como si alguien desde dentro empujara su cerebro en todas las direcciones...
En las profundidades abisales de la Tierra, una civilización se preparaba para defenderse. Por ahora sólo lograban aturdir la mente de aquellos individuos, rebajando su nivel de acción e impidiendo a su mente ejercitarse correctamente.
En poco tiempo, podrían doblegar su voluntad.

domingo, 19 de abril de 2009

Santorini

Hace unos 3.500 años, la isla de Strongili (la redonda) estaba habitada por una civilización floreciente e influenciada por los minoicos de la cercana Creta, y la vida transcurría idílicamente con el mar Egeo bañando sus costas.
En torno al año 1.650 a.C, una espectacular explosión volcánica hundió el centro de la isla en el abismo oceánico. Se piensa que el tsunami generado arrasó la cercana isla de Creta, dejando herida de muerte a la civilización minoica. La nube de polvo emitida fue tan densa que el enfriamiento del clima se ha registrado en los anillos de los árboles incluso de Canadá. Los jeroglíficos egipcios datan de la misma época un periodo de tiempo en el que el sol se oscureció.
Desde entonces, la isla adquirió forma de media luna, con el centro de la caldera representando el agitado pasado que le dió forma. Posteriormente sucesivas erupciones han hundido otras partes de la isla, e incluso han hecho emerger otras, los dos islotes centrales de Nea Kameni y Palia Kameni. Finalmente en 1957 un terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher destruyó las casas de las dos ciudades principales, Fira y Oia.
La ciudad de Fira se asienta sobre un acantilado espectacular, las casas parecen estar colgadas de la roca, desafiando a la gravedad. Sólo hay tres formas de subir: En burro, en teleférico o en burro de dos patas, es decir, a pie. Los seiscientos escalones que separan el puerto de la ciudad te dejan sin aliento; había demasiada cola en el teleférico y los burros nos daban pena, todo el día subiendo y bajando gente.
Mientras subíamos a pie, nos adelantaban los burros con sus turistas encima, y escuché como alguno se mofaba de la supuesta torpeza de los animales, por subir las cuestas haciendo eses. "Claro, es que son burros", y algunos reían el chiste (nunca he entendido la gracia de los chistes fáciles).
Yo también me reí mientras subía, de no saber quien era más burro, si el jinete o el equino. Me hubiera gustado bajarlo del burro y explicarle que estos animales suben las cuestas buscando la mínima pendiente y por tanto el mínimo esfuerzo, para lo cual hay que ir haciendo eses, al estilo de las antiguas carreteras de montaña.
Coronada la cima, las vistas son espectaculares, El sol pegaba fuerte y rápidamente nos refugiamos en las estrechas calles de Fira, buscando la sombra y el frescor de las paredes encaladas.
Nos refugiamos en un típico restaurante griego de blancas paredes y ventanas celestes. Mi mujer eligió el restaurante, lejos de aquellos con grandes vistas, menús mediocres y clavadas espectaculares. Y acertó. El restaurante era cien por cien griego, no había carta, una pizarra con las conocidas e imcomprensibles letras griegas nos miraba de frente, pero el dueño, curtido en mil batallas turistas, nos aconsejó en un cuidado español y pudimos degustar la mejor mousakka que jamás hayamos probado, acompañada con un vino blanco excelente.
Ligeramente quemados por el sol, deambulamos gustosamente por las calles laberínticas a la par que turísticas, llenas de gente ya en esta época, pero seguramente sin el agobio de los meses veraniegos. Por la tarde, al zarpar el barco nos fuimos alejando de este engañoso paraíso, bajo el cual dormita una bestia ígnea de sueño intranquilo.
El volcán sigue activo.


Mykonos

En las Cícladas, frente a la mítica isla sagrada de Delos, se sitúa Mykonos. En las guías turísticas se nos describía como un núcleo de atracción turística, abarrotadas playas y vida nocturna desenfrenada para todos los gustos. El hecho de llegar fuera de temporada, de día, y nublado, hizo que conociéramos otra faceta de la isla; la de la quietud placentera, el silencio de sus calles blancas y laberínticas, y la mirada gatuna de sus habitantes más felinos, que nos observaban confiadamente desde calles, alféizares, muretes, escalones o tejados, asistiendo imperturbables a nuestro lento pasear.

La blancura de sus calles y de sus casas denotan el orgullo de sus habitantes por la singularidad de su isla. Atravesando el pueblo llegamos hasta su estampa más famosa; la de los antiguos molinos, ubicados en una loma, semejantes a vigías que desde hace cinco siglos escudriñan el horizonte buscando el grano que antaño molían ayudados por el viento inagotable.



Al otro lado, emulando a la lejana Venecia, los balcones de casas y cafeterías se asoman valientemente al Egeo, el mar que les baña y les da la vida. Desde uno de ellos, sentados sobre el mar, se puede ver su agua cristalina y se respira la tranquilidad que seguramente se pierda en los meses de verano.

Y al volver por sus silenciosas calles, los mismos gatos nos observan de vuelta, acostumbrados a las idas y venidas de los viajeros, y a que nadie perturbe su paradisíaco descanso





martes, 14 de abril de 2009

En el mar


Hemos vuelto. Saludos a todos los lectores, me pondré al día a lo largo de la semana una vez que active todos los aspectos de la vida diaria que ahora están en suspenso.
A golpe de barco hemos fondeado en Mykonos, Rodas, Santorini, Dubrovnik y Venecia, partiendo de Atenas y de la que sólo pudimos ver de lejos, imponente sobre la ciudad, el Partenón, testigo pétreo de la cuna de nuestra civilización.
A riesgo de una espantada general de mis lectores, haré entradas cortas de cada uno de estos sitios. Pero no me explayaré, intentaré transmitir mis impresiones más que lo que relatan las guías de viaje.
Pero ahora sólo quiero hablar del mar.
El hombre ha aprendido a utlizarlo pero no ha conseguido dominarlo ni conquistarlo (menos mal). Nos tolera mientras navegamos sobre él, mientras exploramos su interior, mientras sacamos su energía que tan gustosamente nos brinda. Pero de vez en cuando, como el caballo salvaje que quiere hacer notar que aún no está domesticado, relincha, se encabrita y de un plumazo nos muestra su fuerza o su misterio.
Me asombra que el hombre haya llegado a la Luna, recorra Marte con robots, mande sondas a los planetas del sistema solar y explore los confines del universo para intentar escudriñar el principio del mismo, pero aún no conozcamos todo lo que nuestro mar nos oculta. Surcamos su superficie como los insectos recorren nuestra piel, y en ocasiones buceamos en su interior como las agujas que en ocasiones penetran en nosotros. Pero no lo hemos diseccionado ni analizado a fondo.
En medio del mar, aún siendo un mar como el Mediterráneo, lejos de las extensiones del Atlántico o el Pacífico, te sientes enormemente pequeño sin un punto de referencia al que aferrarte. Toda nuestra vida diaria se basa en buscar puntos de referencia. Tanto físicos como psicológicos. El mar los absorbe a todos. La profundidad nos estremece. Imaginarte en medio del mar, solo, en la noche con quizás miles de metros bajo tí repletos de misterios oceánicos es casi aterrador.
El mar lame las orillas de todas las ciudades que hemos visitado. En las Islas Griegas las envuelve en su manto. En Dubrovnik acaricia sus murallas. En Venecia penetra de forma casi indecorosa por todas sus calles, haciendo de ella una ciudad única. El mar es testigo de las historias de estos lugares, tan diferentes y conectadas en cierta forma por él.
El mar Mediterráneo ha sido testigo del nacimiento de la civilización occidental. Ahora se encuentra ahogado por nosotros, asfixiado quizás por estos seres humanos que tanto le deben, aferrándonos a él como las células cancerosas al cuerpo que les da vida, inconscientes de que exprimirlo significa su propia muerte.
Pero en mar abierto me da la impresión de que él es más fuerte que nosotros.
Y así lo espero.
Porque el mar ya sabe lo que es existir sin nosotros, pero nosotros sin él no conocemos la existencia.

sábado, 4 de abril de 2009

Cerrado por vacaciones

Queridos lectores, transeúntes, bloggeros y demás fauna cibernética:
Os informo que unos minúsculos ligamentos rotulianos no son suficientes para estropear mis planes y hoy marchamos de vacaciones, mi mujer, mis ligamentos distendidos, y yo, en paz, armonía y buen rollo.
Así que el blog permanecerá en "pause" hasta después del domingo de resurrección, ¡(qué ironía!).
Un saludo a todos y pasadlo bien!

jueves, 2 de abril de 2009

Crónica de una distensión de ligamentos

Hoy tocaba una entrada sobre castillos medievales irlandeses mezclados con algo de historia. Lo siento por Rebeca, pero tendrá que esperar, porque esta entrada ha sido consecuencia de uno de los postulados de la teoría del caos: una acción fortuita el miércoles noche en un partido de futbito ha provocado la suplencia de esta entrada y la titularidad de la que a continuación se escribe.
Y es que no hay más ciego que el que no quiere ver. Los músculos, los huesos, y esos elementos de conexión llamados ligamentos, de los que no nos acordamos más que cuando escuchamos "crack" en algún movimiento brusco, comienzan su particular declive al sobrepasar la insignificante barrera de los treinta años. Ya no es uno ningún chaval y un balonazo con la potencia de una bala de cañón en plena batalla naval, impactando perpendicularmente con la punta del pie levantado en el aire sin apoyar, tiene consecuencias sobre todos los sentidos:
1. Sobre el oído: escuchas el suave "crack". No es el estallido ("crrrrrrrackkk") de una rotura, es un suave pero notorio "crack". Hay esperanza. Esto se piensa en una fracción de segundo
2. Sobre la vista: Otra fracción de segundo en el que la imagen de tu pie siguiendo un ángulo prohibido con el eje de tu peroné, y por ende, de tu rodilla. Sabes que algo no va bien. Vuelve a su sitio, pero ya has escuchado el sonido del punto 1.
3.Sobre el olfato: Esto huele mal. Sencillamente
4. Sobre el gusto: el sabor seco del esfuerzo de cincuenta minutos corriendo como si alguien me persiguiera.
5. Sobre el tacto: El frío de la lona del campo de futbito, sin poder moverte por miedo a romperte.
Y el espacio-tiempo se para. Y ya me da igual el Presente, los Relatos del Futuro, los Recuerdos del Pasado o los Pensamientos Caóticos. Todo se vuelve material. El viaje que tenemos previsto, el trabajo que tengo mañana, si será rotura, si será ligamento, si será menisco, si no será nada...
Puedo andar. No puedo golpear nada con el pie. Sólo imaginarlo me duele. Puedo conducir, hasta casa, antes de que me enfríe. Entro en casa, cojeando ostensiblemente, mi mujer me mira y suelta un "no me lo puedo creer, vamos al médico ahora mismo". Y yo, en esos inexplicables momentos de irracionalidad que parece ser común en los hombres, pese a mi reticencia frente a los generalismos: "no es nada cariño, yo creo que con un poco de hielo mañana estoy bien..."
Nota del autor: el sábado se supone que salimos de viaje.
4:00 a.m: Me despierto sobresaltado. He hecho un movimiento y en medio del sueño un destello de luz ha cruzado por mi mente, como en los dibujos animados. No puedo mover la rodilla. Es un tronco. Empiezo a darle vueltas a la cabeza.
6:00 a.m.: No hay postura que me calme. Me levanto. No, no puedo ir al trabajo, no puedo conducir. Enciendo el ordenador, leo algunos comentarios del blog, pero mi cabeza está en otro sitio. El dolor se intensifica. Busco en google: "Lesión+rodilla". Mejor no hubiera buscado nada, esto te pone en lo peor.
7:30 a.m.: Despierto a mi mujer. Se sobresalta, sabe que algo pasa, nunca la despierto al irme. Nos vamos a Urgencias.
08:30 a.m.: Hemos decidido ir al privado, que hay que amortizar el seguro y hay menos cola. Me atienden muy bien, pero en el hospital no hay traumatólogo, me mandan una radiografía, imagino que para descartar rotura de hueso. El hueso está perfecto. Me gusta mi hueso. A nuestros perros creo que también le gustaría, pero no en radiografía claro. Me proponen un vendaje. Es que claro, la resonancia magnética me la tiene que mandar el traumatólogo. Claro, claro, digo yo. ¿Como que cuesta un porrón de dinero más no?
09:30 a.m. Sintiéndonos estafados por tener un seguro privado que a la mínima que tienen que soltar la pasta te hacen dar vueltas, nos dirigimos a urgencias, seguridad social. No hay aparcamiento, pasamos Traumatología, giramos, rotondas, semáforos, intersecciones, entramos en un parking. El sentido de orientación de mi mujer se hace notorio:
-Joder, hemos dejado el coche a tomar por saco del hospital, y tú cojo
-Cariño, estamos en el Parking de al lado de Traumatología.
-Upppps.

10:30 a.m. Llegamos a admisión. Antes de entrar, mientras voy caminando a ritmo de muleta, le digo a mi mujer que coja la cartera, mientras sigo andando...
-Niño, párate que no puedo cogerte la cartera y parece que le estoy robando a un cojo...
11:00 a.m. Entramos en consulta 1. Dura 1 minuto y trece segundos. Esta consulta es sólo para que diga lo que me pasa (me duele la rodilla y no me puedo ir de viaje, doctor. Uno es consecuencia de lo otro, claro...)
11:35 a.m. Entramos en consulta 5. Me mandan una radiografía. Otra vez.
12:10 a.m. Me hacen la radiografía.
12:45 a.m.Vuelvo a consulta 5. "Debe ser algo de ligamentos, te vendamos la rodilla, reposo y dentro de diez días pides cita con tu médico para ver si estás bien o te manda al traumatólogo"
O sea, que dentro de 10 días voy al médico, me manda al traumatólogo que me dará cita para dentro de un mes, que me mandará una resonancia (dios mediante), me dará cita para otro mes y me dará el tratamiento. Allá por mitad del verano puedo saber que me pasa. Bien.
Salimos desanimados. No hemos desayunado aunque es casi mediodía. Nos metemos en una cafetería. No hay nadie, sólo el camarero, un señor bajito con gafas. El bar es muy limpio. Nos pedimos una tostada, mi mujer de tomate, yo de mantequilla. Sale el sol y se ilumina la calle. Se ve de otro color. Parece que el vendaje es bueno y con las muletas no se anda tan mal.
Al ir a pagar, mi mujer le comenta al camarero que el tomate estaba muy bueno, y el pan también, lo cual es totalmente cierto. He de aclarar que a mi mujer le encanta decirle a la gente cuando algo de lo que han hecho está bien. Yo soy algo más huraño, más que nada porque la gente le das la mano y te toman el hombro, la cabeza y parte del euríbor si te apuras. Pero ella dice que es agradable cuanto te dicen que lo que tu haces está bien. Y no cuesta decirlo. Y tiene razón la jodía.
Total, que el camarero nos cuenta que los tomates son ecológicos, que el pan lo hace su hermano en horno de leña, que son 11 hermanos, que lleva haciendo churros en el bar desde hace 20 años, aunque no se llaman churros sino "tejeringos", o un vocablo parecido. Y que le da pena que la gente haga churros en plan industrial, cuando él le pone todo el cariño del mundo para que no se queden aceitosos y pringosos.
Salimos del bar, dejando al hombre solo, limpiando su máquina de hacer tejeringos. Y me hizo pensar en que lo vemos todo negro cuando los planes previstos se nos desmoronan en una fracción de segundo, hemos elegido la puerta que se nos cierra en las narices y nos perdemos sollozando en naderías.
Esta tarde me encuentro mejor. Mi mujer me dijo por la mañana que sólo le importaba pasar las vacaciones conmigo. El lugar es lo de menos. A veces nos perdemos tanto en nuestros lamentos que no sabemos apreciar las palabras de los demás.
He vuelto a abrir la puerta que tenía prevista, pero con otro equipaje.
El sábado salimos de viaje. Con muletas. Así veré el viaje de un punto de vista diferente a las mil personas que vayan en el crucero.
A todos los blogeros, siento la expansión de esta entrada, diferente a las demás, caótica, soltando las palabras tal cual acuden a mi mente.
A mi mujer, gracias. Ya te lo he dicho muchas veces. Contigo, la vida, es más fácil.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails