jueves, 25 de marzo de 2010

El Hueco de la Escalera








En la Torre del Caos hay un hueco bajo la escalera que sube a la segunda planta, cerrado con una puertecita generalmente entreabierta. Sirve de armario trastero para guardar todo tipo de cosas que no se utilizan pero que por alguna extraña razón jamás tiramos. Peque ignoró completamente las mantas, forros polares, cajas de cartón y casetillas de gato distribuidas por toda la torre en un esfuerzo denodado por parte de sus papás humanos de ofrecerle un lugar cómodo para su parto. "Estos humanos no entienden la Naturaleza", debió pensar. Y se adentró en el hueco de la escalera, metiéndose por recovecos imposibles hasta llegar a la esquina más alejada del mundo exterior.

Al despertar por la mañana del día 23 la futura madre sin nombre no aparecía por la casa. Buscamos en mil y un rincones, bajo las camas, en los armarios empotrados, detrás de los muebles, en huecos inverosímiles, en la alacena junto a la cocina...sin rastro. Sólo podía estar en el hueco de la escalera, pero mi lógica implacable me decía que era imposible que ningún bicho viviente que fuera mayor que un grillo podría meterse en ese recóndito lugar tan lejos que no pudiera ser visto. La llamamos, le silbamos, le abrimos su lata preferida para que lo escuchara...nada. Desafiando a mi lógica, esa lógica que tenemos los humanos que nos hace subestimar a los animales, comencé a retirar uno por uno los trastos amontonados en el hueco de la esperanza. Al fondo, con ojos enormemente abiertos, nuestra madre sin nombre asomaba su nívea cabecita. La cogí del cuello con dulces palabras pero al mantenerla en el aire supe que ya había sido madre; pesaba la mitad. Nervioso, retiré el resto de elementos que me separaban del último rincón y alargué el brazo para devolverla a su sitio. No se escuchaba nada, no se movía nada y nos temimos algo grave. Al despejar el hueco completamente descubrimos que, como decía el fallecido Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa

Arropándolos con cariño, rodeada de papel de regalo que ella misma había encontrado en el hueco y que había rasgado para hacerse su nido, Peque había tenido cinco retoños en el silencio de la noche, en la oscuridad del hueco de nuestra escalera. Entendimos entonces que no hay sabiduría más grande que la de la madre naturaleza, que un animal busca el hueco más aislado del que dispone para alejarse de visitas indeseadas, que mantiene silencio durante el parto para que ningún depredador husmee en los alrededores en un momento tan crítico. Ella no entiende que nadie va a hacerle daño aquí, que la vida le ha sonreído de forma azarosa, porque os recuerdo, mis queridos amigos, que el Caos también puede ser maravilloso y cuando el orden natural de las cosas se mezcla en armonía con la caótica marejada de la vida, suceden cosas tan hermosas como ésta, en la que una gata sin nombre que vino del frío da a luz a sus pequeños en plena primavera, inmune a los perdigones en su vientre que quisieron romper no una sino seis vidas.
Ahora el Hueco de la Escalera, con mayúsculas, es un lugar especial de la Torre. Y lo visitamos cada dos por tres, porque ella no ha consentido salir de ahí, alejada del frío, de la humedad y del resto del universo. Y le hablamos en susurros mientras amamanta a sus crías, y ella estira una de sus patas, entorna los ojos azules y ronronea de felicidad. No le importa que nos acerquemos a sus pequeños, ella no entiende que somos de la misma especie que aquel que intentó matarla. Yo tampoco lo entiendo, en eso nos parecemos. La diferencia es que ella no lo entiende porque no razona. Yo no lo entiendo porque razono. Es curioso.

Mamá Gata recoge a sus pequeñuelos con las patas, los lame, los vigila, los cuida. No necesita a nadie. Es totalmente independiente. Nosotros sólo hemos intentado hacerle un lugar lo más confortable posible, acercarle la comida y la bebida para que no tenga que alejarse y hablarle con cariño para que se sienta arropada. En la imagen parece enorme comparada con sus pequeños; en realidad ella es pequeña y menuda, no concebimos como todos esos pequeñajos cabían dentro de ella.

Y ellos, aún sin abrir los ojos, aún respirando sus primeras horas de vida, buscan constantemente el calor de su madre con la intuición que los humanos perdimos en los albores de la evolución en favor de otros dones, quien sabe si mejores.

Todos sabeís que en ocasiones critico mucho al ser humano y me he planteado incluso si no habremos perdido más que ganado en nuestra batalla evolutiva; si al perder el sexto sentido y los valores básicos de colaboración de la manada nos estamos alejando tanto de la naturaleza que olvidamos los verdaderos placeres de la vida. Y hoy más que nunca pensaréis que me avergüenzo del ser humano al pensar en nuestra gata, disparada sin piedad quizás por diversión.

Pero no. Hoy me enorgullezco del ser humano. Porque hay gente como la que pasa por la Torre, que se ofrece en adopción, que nos manda palabras de aliento y de alegría, que comparte nuestra ilusión en estos momentos. Hay gente y gente. Unos disparan perdigones por diversión a una gata blanca. Otros abren sus brazos y buscan compartir los buenos momentos. Unos tienen la conciencia tranquila tras disparar sobre un animal indefenso. Otros tienen remordimientos por no poder ayudar más de lo que lo hacen. Es fácil ver qué tipo de ser humano es cada uno: basta con mirar esta úlitma foto y pensar en pegarle un tiro.

Me alegro de ser un ser humano. Hoy si. Porque de esta forma puedo apreciar la belleza y la magia de algo tan simple y complejo a la vez como la vida. Y me permite darme cuenta de que el hueco de nuestra escalera ha dejado de ser un lugar cualquiera de la casa. El hueco de nuestra escalera ha visto nacer a cinco hijos de una madre sin nombre.

Esperamos estar tu altura, Peque, para ayudar a que tus hijos salgan adelante.

17 comentarios:

CMQ dijo...

ooooooooooooooooooohhhh
ayyyy cómo me gustan!!
Se que sabes la suerte enorme que tiene la gata sin nombre de haberos encontrado. Y la que tenéis vosotros de que ella os haya adoptado!
Ahora, a criarlos bien y a buscarles buena casa. Bienvenidos al mundo!!!

Martha dijo...

Claro que estaréis a la altura. A mi no me cabe ninguna duda!

Ainss...viéndo imágenes como esta corroboro lo bonita que es la vida ^^

Rozando los 40 dijo...

Enhorabuena, ¡¡habéis sido padres de Quintillizos!! guuauuu
Preciosos todos, seguro que los sacais adelante sin problemas.
Un beso

Ħαррy єyєs dijo...

Que bello!!! Las imagenes son muy tiernas y la historia me ha emocionado muchisimo :)

*entangled* dijo...

>> "Unos tienen la conciencia tranquila tras disparar sobre un animal indefenso..."

Así es, amigo, la ambivalencia del ser humano es algo que nunca deja de sorprendernos.

Recientemente falleció Miguel Delibes, quien además de ser considerado un hábil narrador, era conocido por su afición a disparar a las perdices rojas. Pero en su caso decían que era "amor por la naturaleza". ¡Qué bello eufemismo!

Que cada quién saque sus conclusiones. Yo, sintiéndolo mucho, estoy y estaré siempre del lado de las perdices rojas.

Nadia dijo...

Ooooooh! Que impresionante es la vida siempre.
En casa de mis padres, en el hueco entre la casa y la pared que sirve para asilar la humedad, parió hace tiempo una gata de un vecino, al que al parecer tampoco le importa demasiado su mascota, de la que decidió responsabilizarse hace tiempo, decisión de la que parece no acordarse ahora... Los 3 supervivientes de la camada han pasado a formar parte de esa calle de gatos (sí, la calle de mis padres está llena de gatos callejeros)... Pero las visitas diarias que hacen a la cocina de mi madre le alegran el día. Son como suyos pero sin llegar a serlos.
No sé, me lo has recordado ;o)

Felicidades!

Uma dijo...

qu bonitos!!!

cristal00k dijo...

Son divinoooooossss. Cuidadlos y disfrutadlos hasta que podáis!
Ya me diréis cual es el mío.
Un beso para Peque y para todos vosotros.

Atlántida dijo...

Qué bontio Yandros! las pequeñas cosas nos enseñan tanto, quien menos pretendía decirnos nada nos hace pensar.

Entre el ser humano hay de todo, por eso la humanidad sigue sobrevivendo y por eso no podemos ser tan criticos con ella.

Enhorabuena papis!

Claire dijo...

Que palabras tan emotivas y llenas de ternura. El milagro de la vida. Yo tampoco entiendo cómo alguien puede disparar a un pobre animal indefenso. Hay mucha gente sin corazón ahí fuera. Pero por suerte, hay muchisísima más gente, que sí que tiene corazón, gente con amor al prójimo, con amor a los animales y al medio ambiente.
P.D.: Los gatitos son preciosos.
Que paséis un feliz fin de semana, que seguro va a ser así con todos los gatitos..

aspid dijo...

no me hagas llorar, cojones, que estoy de vacaciones y me conecto en el bar del pueblo.

precioso, todo, el texto y tu Hueco de escalera, tu amiga sin nombre y la prole al completo.

besos.

Yopopolin dijo...

joe, que bonitos estan saliendo los pequeñuelos!!! jeje

FBM dijo...

¿Y que opinan Yuri, Zizu, Timbo y Fito? ¿No tienen celos?

La Zipli dijo...

Son preciososssss, cuidalos!!!

Anónimo dijo...

acomplia generic [url=http://www1.chaffey.edu/news2/index.php?option=com_content&task=view&id=146&Itemid=63]generic acomplia [/url] sanofi acomplia
http://www1.chaffey.edu/news2/index.php?option=com_content&task=view&id=146&Itemid=63

Duncan de Gross dijo...

Preciosos!!, Miaauu!!

Camaleona dijo...

Hace ya casi un mes... espero que hayáis encontrado hogar para los gatitos... y en cualquier caso, seguro que en la torre del caos están de maravilla... desde luego queridos se sienten, seguro.

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