martes, 15 de junio de 2010

BAFANA BAFANA


Hoy os contaré una pequeña Historia. Muy resumida para no aburrir a nadie.
Hace unos 60 años había un país que había sido colonizado y en el que el Partido en el poder instauró una serie de normas, de las cuales las principales eran:

Derecho al voto, reservado únicamente para los blancos,
Sólo los blancos podían viajar libremente por el país,
Era legal que un blanco ganara más que un negro por el mismo trabajo,
Los negros debían vivir en zonas alejadas de los blancos,
Los negros debían estudiar en escuelas separadas de los blancos, y su educación debía ser limitada.


Durante más de 40 años la opresión sobre la población negra provocó la indignación de gran parte del mundo. A principios de los 90 comenzó el desmantelamiento del Apartheid, que así se llamaba este movimiento racista y opresor, con la llegada al poder de un hombre que había permanecido 27 años encarcelado por su lucha contra la injusticia racial que vivían sus compatriotas. Este hombre, nacido en una humilde aldea de 300 habitantes, condenado a cadena perpetua y a trabajos forzados por enfrentarse al régimen del apartheid, se convirtió en una figura mundial y un símbolo universal de la lucha por la libertad, desde el silencio de su celda de tres metros cuadrados. Este hombre es Nelson Mandela.
La llegada al poder de Mandela hizo temblar a los blancos y clamar venganza a los negros. Todos pensaban que Mandela erradicaría de un plumazo todo símbolo relacionado con el apartheid. No fue así. Mandela dió una lección de humanidad y perdón, y navegó un barco zozobrante entre dos aguas que se odiaban hasta una cala pacífica y de oleaje moderado. Un ejemplo de ello es el Campeonato de Rugby de 1995.
El rugby era un símbolo de la opresión blanca. Los negros detestaban el rugby, los colores, el himno, pues todo le recordaban a un pasado infernal. Pero Mandela quiso utilizar el rugby para unir al pueblo. Habló con el capitán del equipo, le convenció para que todos los jugadores de la selección, blancos, aprendieran el himno zulú, un himno que los negros cantaban en sus manifestaciones contra los blancos.
Durante el Mundial de Rugby, los blancos celebraban sus victorias con alegría mientras que los negros sólo sentían indiferencia. Partido a partido, el pueblo se fue uniendo en la marea de emociones que sólo el deporte sabe unir. Los blancos cantaban el himno negro. Los jugadores aceptaron su compromiso con Mandela y se acercaron a la población negra.
En las semifinales, Sudáfrica derrotó a Francia en un agónico 19-15. El pueblo sudafricano empezaba a estar unido en una sola voz, en un solo sentimiento. En la otra semifinal, el rodillo neozelandés aplastaba a un tremendo equipo inglés. Una de las mejores selecciones de la historia, Nueva Zelanda, con Jonah Lomu, el mejor jugador de la historia del rugby a la cabeza, esperaba a los anfitriones en la final. No había posibilidad alguna para Sudáfrica. Ya era un premio haber llegado a la final.
El día de la final, Mandela bajó al campo antes del partido para saludar a sus jugadores. Con la camiseta de la selección, con el símbolo absoluto del apartheid, con el número del capitán a la espalda. Un silencio sepulcral ante tal contraste inundó el estadio. Hasta que 72.000 personas empezaron a corear al unísono "Nelson, Nelson". El 95% blancos. La libertad había triunfado sobre la opresión sin tener que recurrir a la venganza.
Los Springboks, como se conoce a la selección de rugby de sudáfrica, fueron llevados en volandas por un país enloquecido con ellos, fueron empujados por una sola voz, un solo clamor. El de la libertad. Consiguieron forzar la prórroga. A falta de 7 minutos, los Sprinboks perdían 9-12. Y como David a Goliat, en el último suspiro vencieron a la todopoderosa Nueva Zelanda por 15-12.
Mandela entregó la copa del Mundo al capitán de la selección. Mandela le agradeció lo que había hecho por el pais. El capitán Pienaar le contestó: "Eso no es nada comparado con lo que ha hecho usted por este país". Ese día blancos y negros festejaron juntos un único acontecimiento.
Por eso, excluyendo a la Roja, porque contra el corazón no se puede luchar, permitidme que cante los goles de los anfitriones. No creo que se repita la historia de este mundial, no creo ni siquiera que pasen de la fase previa, pero si así fuera, gritaré Bafana Bafana junto a ellos hasta que se enfrenten a nuestra Roja.
Por lo que la historia les ha hecho sufrir. Por la igualdad. Por la libertad


Por Nelson Mandela


¡¡¡¡¡BAFANA BAFANA!!!!!

9 comentarios:

Isi G. dijo...

En esa historia del mundial de rugby está basada la película esta que hicieron para los Oscar sobre Nelson Mandela, no? No recuerdo ahora el nombre, creo que era Invictus o algo así :S

Un beso Yandros^^

Yopopolin dijo...

La verdad es que no hay país que se merezca más celebrar el mundial, y empezar a reescribir su historia...

Otra cosa es ganarlo... eso que nos lo dejen a nosotros... xD

Martha dijo...

Joer...se me han puesto los pelos de punta de como lo has narrado.

Yo te permito que animes a los anfitriones...con esa historia que tienen, cómo no! Eso si, ganar el mundial lo tienen difícil...Pero que no se preocupen, ya lo ganamos nosotros por ellos! ^^

1 besazo!

Claire dijo...

Yo también me apunto a cantar los goles de los anfitriones...
A mí también se me han puesto los pelos de punta...
Besos.

X dijo...

¡Bafana Bafana!

Camaleona dijo...

Es la cara dulce del deporte, cuando se utiliza con un buen fin...

GABI dijo...

Si sí, es la historia que cuentan en la película, no? De todas formas es una gran historia.

Besitos!!!

Ángelicaladas dijo...

Amén

Darthpitufina dijo...

Lo refleja muy bien la última peli de Clint Eastwood, y te hace reflexionar hasta qué punto un ser humano puede hacer cambiar un estado de cosas que parece insalvable...

Besos!

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