Llegar a Venecia por mar, rodeándola en una panorámica inigualable, te permite fotografiar la ciudad desde un ángulo superior, captando la belleza de lo diferente. Sus calles son azules verdosas, y no están llenas de coches y semáforos sino de góndolas y remeros, de camisas a rayas y sombreros, de un bullicio alegre y desenfadado en contraste con el humo asfixiante y el rugido ensordecedor de los vehículos de las ciudades. Los puentes, necesarios para conectar los pequeños reductos de tierra, salpican la ciudad intermitentemente.
Nacida en el siglo V como refugio para los habitantes de la región ante las invasiones longobardas y hunas, Venecia ha tenido su propia historia de cénit y ocaso, algo habitual en las importantes ciaudades europeas. Amparados en la protección que le otorgaba la marisma del Po, los primeros venecianos, a salvo de ataques de infantería y caballería, crecieron bajo el dominio del Imperio Bizantino pero sin someterse a él, de forma que a finales del primer milenio obtuvo su independencia y comenzó a expandirse por el Adriático gracias a su riqueza proveniente del comercio con oriente. Pero la toma de Constantinopla por el Imperio Otomano en 1453 marcó el principio del fin, ya que desde este momento la vida de la floreciente Venecia se vería constantemente amenazada por la expansión turca, y la apertura de nuevas rutas comerciales con América tras el viaje de Colón, comenzaron a hacer mella en su economía. Durante tres siglos, la rebelde ciudad de los canales centró sus esfuerzos en mantener su independencia. Estos esfuerzos terminaron a finales del siglo XVIII con la invasión de las tropas napoleónicas. Más tarde pasaría a formar parte de Italia.
Ahora caminamos por sus callejuelas laberínticas, perdiéndonos en el pasado del barrio judío, admirando sus fachadas deterioradas por el tiempo, los escaparates repletos de máscaras carnavalescas, flotando entre la marea turística y, de vez en cuando, escapando de ella por alguna callejuela perpendicular a la muchedumbre, para poder respirar el aire impregnado de una historia distinta a lo habitual.
Desde el puente Rialto se domina el Gran Canal. Este puente, construído entre 1588 y 1591 fue considerado una obra de ingeniería novedosa en la época, tanto, que algunos se atrevieron a pronosticar su pronto hudimiento. Más de cuatrocientos años le contemplan. Por la noche, cuando la luna ya ha marcado el fin de una jornada frenética de turistas, el puente nos ofrece una singular vista de las terrazas laterales iluminadas y el escaso tráfico de barcas y lanchas, contrastando con el enjambre agitado del día.
Pasear por la Venecia nocturna te transporta a otro mundo, donde el silencio impera sobre el ruído de la vida moderna de otras ciudades, donde una lucha taciturna pero constante entre la tierra y el agua nos hace maravillarnos ante el ingenio humano para asentarse sobre un espacio que no es el suyo. Las mismas calles que recorrimos cuando el sol las iluminaba son totalmente distintas bajo el cielo estrellado, abandonadas por sus visitantes, esperando la luz del nuevo día que las hagan sonreir de satisfacción ante las miradas fascinadas de los transeúntes.
En la Plaza San Marcos, miramos al suelo sabiendo que en ocasiones, el agua lo inunda temporalmente, reclamando un espacio que es suyo, y retirándose después para hacer saber que nos lo presta, que estamos ahí porque el mar nos lo permite y no porque se lo hayamos impuesto. Música de violines inunda la plaza, acompañándonos con sus notas hasta que nos volvemos a perder por las callejuelas anexas, para volver a embriagarnos de la magia de la noche veneciana.
Venecia tiene un secreto.
Nos cautiva por ser diferente.
Y entonces me pregunto porqué muchos no aceptan al diferente, al que no es como su grupo, como su raza, como su religión, como su nacionalidad, como su partido político.
Deberían visitar Venecia y pensar.
13 comentarios:
Primens!!!!Jajajaaj.
Me ha encantado el post, excepto lo más básico no tenía idea de la historia de Venecia.
Y nada que decir de la canción, con la gran Maria Callas siempre me quedo muda ;)
Un saludo vecino!
buenas vacaciones :) Hace 15 años que no me dejo caer por allí, algo habrá que hacer.
Joer, Venecia.... no me importaría nada, conste.......pero como soy pobre y desgraciada, de momento me piro a PAGUÍIIIIIIIIIIII! VIVE LE FRANCE!
... soy de esas pocas, que visitaron Venecia, quedando decepcionada... Siempre que hablo con cualquiera que la ha visitado o acaba de volver, se llevan las manos a la cabeza.
Acabo de leer que disfrutamos de la playa, prácticamente igual.
Un saludo.
Todo un mito de ciudad, de una belleza decadente que hace suspirar pensando en el pasado. Hace muchos, demasiados años ya... años que estuve. De todo ello ha quedamo en mi retina un inovidable atardecer en la plaza de San Marcos... ah! que tiempos amigo...
Preciosas fotos Yandros.
Así me gusta, que no paréis.
Besos.
Ya me gustaría a mí conocer Italia, Venezia included.
Sirena estuvo allí y me dijo que era bonita, pero no le gustaba su olor.
De momento, tocará trabajar para reunir dinero para nuevos viajes. Saludos, ya estoy "on"
Nadia: Yo me voy culturizando históricamente hablando mientras viajo jaja, que me leo la historia de los sitios. Asi que voy aprendiendo a pegotazos jajaja
Reithor: Dentro de otros 15 años igual ni está...atento a Crónicas del Futuro jajaja
Menda: Oye que Paguí y la Venice sale más o menos por lo mismo eh?
Alegría:No a todos nos gusta lo mismo, igual te haces una idea de un sitio demasiado mitificada y luego la realidad no era como la habías imaginado.
cristal00k: Y lo que nos queda por relatar!
Capitán: Para evitar el olor recomiendo viajar en época invernal
Un saludo a todos!
como me gusta Venecia! con lo de la música de violín, me has recordado una noche en San Marcos cuando de forma improvisada al lado de unos músicos todos nos pusimos a cantar el "volaré, oooh, cantaré ooohhh...." y me acordé de que la vida a veces es pura magia.
pensar?de eso nada,a comer y a lujuriarse!
Que suerte!
venecia me gusto, sí, pero quizas las expectativas me jugaron una mala pasada... me esperaba mas de lo que encontre, y quizas por ello fue una pequeña decepcion en mi periplo por Italia. Aun asi, una ciudad que merece mucho la pena visitar, y a la que sin duda volvere... espero!!
saludos!!!
Gracias Yandros!!
No sabes la ilusión que me ha hecho leer sobre Venecia (aunque la entrada fuera encaminada a hacernos pensar en otra cosa además de ella). Tengo una envidia sana por ese viaje que hicistes y que me muero por hacer.
Cuando pueda realizarlo a ver si me cuentas dónde te alojastes o que zona es mejor.
Muchos besos!
¡Qué bonitas fotos y qué envidia!
Venecia es uno de los sitios europeos que más me gustaría visitar pero, de momento... :(
Muy bonito todo y no dudo de que Venecia debe de ser mágica.
Me gusta cómo hablan los italianos, como muy alegres... El idioma se parece mucho al español.
Saluditos.
Me encantó Venecia, es un pequeño sueño hecho realidad.
Un gran texto.
Un abrazo
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