Siiiiii ya sé que es día después de los Reyes Magos, y que estamos cansados de celebraciones, pero es que mi hermano ya vino así, a dar por saquillo desde el primer segundo de vida, y cuando todo el mundo quería descansar tranquilamente despúes de la agitación de las fiestas navideñas, aquel 7 de enero del 84... batabúm corriendo para el hospital que viene el niño.
En fín, bienvenido al cuarto de siglo hermanito, ya te digo que esto no es nada, al menos hasta los 30, cuando el estómago empieza a notar que ya no es una máquina de triturar comida sin fin, el hígado comienza a perder sus propiedades de absorción etílica al por mayor, y empiezas a dedicarle más tiempo a cuidar que el pelo no se te caiga de la cabeza que a afeitártelo de la cara...
Pero bueno, tranquilo que aún te quedan unos años para maltratarlo...
Feliz cumpleaños (y aunque en la hora del blog aparezca la hora de no se qué meridiano, decirte que ahora mismo son las 23:50 y estoy dentro del horario previsto).
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