Se acercan los 30 inviernos, pero aún estás en la frontera. No desesperes...llegarás, aunque no tengas prisa.
No recuerdo el año, si era primavera o invierno, si papá ya estaba calvo o aún tenía hasta patillas, si mamá estaba gorda o flaca...
Sólo recuerdo mi pijama, no sé si de globitos o de futbolistas cabezones, y un batín rojo (debía de ser otoño o invierno). Sólo recuerdo correr con el coche hacia el hospital, de noche, sin entender muy bien a qué venía tanto ajetreo y a una hora que no debían ni estar puestas las calles...
Sólo recuerdo parar en la puerta del hospital, una puerta grande, una luz inmensa comparada con la negrura de la noche, (¿unas escaleras hasta la puerta quizás?)
Sólo recuerdo a papá explicándome que mamá tenía que quedarse contigo. Pero yo no entendía porqué tenía que quedarse en ese lugar tan grande y lleno de gente con batas cuando podía quedarse en casa, al alcance de todos nosotros. No era lo suficientemente rebelde aún para pensar que los mayores podían equivocarse así que asumí la situación como una verdad tautológica.
Sólo recuerdo volver a casa, a papá diciéndome que me durmiera...
Sólo recuerdo la sensación de no saber dónde estabas, si lejos o cerca, porqué no estabas en casa...sólo recuerdo no dormir esa noche, intentando atar cabos con mi lógica aún por desarrollar...
Este es el primer recuerdo de mi vida. No sé cuantos años tenía yo (¿3 o 4?). Parece un recuerdo triste, melancólico para un niño.
Para mí es uno de los mejores recuerdos de mi vida, porque tú sigues aquí.
Feliz cumpleaños hermanita.
3 comentarios:
Que bonito!!!
Gracias por pasar, Yandros.
Nos leemos!
Ay, Paco!! Qué blog más chulo... lo que me he podido reir... qué profundidad de pensamientos... mae mia!
La Perla que esto no me deja publicar con mi nombre, grgrgrgrgr!
Oh! He leido el comentario que me has hecho sobre los objetos inútiles per...yo nunca he tenido una yogurtera! así que no conozco su nivel de inutilidad y no sé qué opinar de él.
Gracias por la sugerencia!
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