El pequeño TIMBO. Siempre nos quedará la duda de si es un Labrador puro que se ha quedado algo bajito o es una mezcla con otra raza. De lo que estamos seguros es de que es muy especial, siempre feliz aunque le regañes, y mucha fuerza a veces incontrolada; puede lanzarse contra tus piernas en plancha si la pelota está detras tuya. Porque eso sí: si quieres que te siga adonde vayas, enséñale su pelota naranja; no hay muro que no se pueda saltar ni animal o persona que pueda interponerse entre la pelota y él.
1 comentario:
Siempre me gustaron los labradores.
El mío parecía uno. Pero resultó ser un podenco manneto. Una raza muy especial. Cariñoso y cabezota, a partes iguales... Se cree una persona.
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